
Mi hija nació con síndrome de Down y tuve miedo
Mi hija nació con síndrome de Down y tuve miedo
No sentí alegría cuando la vi por primera vez. Sentí un nudo en el pecho. Mi mente se llenó de preguntas, de culpa, de miedo. Nadie te prepara para recibir un diagnóstico así en la sala de parto. Solo podés mirar a tu hija y preguntarte: ¿por qué?
Durante los primeros días no podía ni decirlo en voz alta: tiene síndrome de Down. Me dolía mirarla. No porque no la amara, sino porque me rompía las expectativas. Porque era real. Y porque no sabía si iba a poder ser la madre (o el padre) que ella necesitaba.

💔 Una historia sin maquillaje
La amé. Desde el primer momento. Pero también tuve miedo. Miedo de que su vida fuera difícil, de no entender cómo criarla, de que la gente la mire con lástima. Me sentía culpable por pensar así. Hasta que entendí que el amor real no se trata de sentir todo perfecto, sino de quedarse.
Hoy mi hija tiene cinco años. No me imagino la vida sin ella. Me enseñó a frenar, a reír de verdad, a abrazar sin condiciones. Su presencia no es una carga. Es un regalo. Un desafío también, claro. Pero un regalo que me cambió por completo.
Testimonio de Maria Estevaneza, Argentina.
Dios, no entiendo tus caminos, pero gracias por mi hija. Aunque tuve miedo, hoy sé que este amor es real. Ayudame a ser el padre/madre que necesita. Amén.
¿Vos también pasaste por algo así?
¿Oraste alguna vez desde el dolor más profundo? Me encantaría leer tu historia. A veces compartirla también es una forma de sanar.

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Amén. Dios bendiga a esta hermosa criatura del señor